miércoles, 27 de mayo de 2009

"Cómo Ocurrió", Isaac Asímov

Les comparto un cuento de Isaac Asimov, que hasta el momento se ha convertido en mi escritor favorito. Por lo general escribió sobre ciencia ficción y robots y toda la parafernalia en torno a extraterrestres y problemas con la tecnolgía, además de tramas políticas, pero por sobre todo, muy humanas, analizadas racionalmente...

Nuestro Asímov (su apellido es grave, no agudo), creó libros como "Yo, Robot" y "El Hombre Bicentenario" (ambos llevados al cine) y algunos comentarios del Antiguo Testamento (aunque una biografía no muy confiable en la minuciosidad (wikipedia, obvio...!) lo declara ateo)... Ante tanto currículum parece un dato accesorio que era un bioquímico y que también escribió libros en esa área...

Quizás esté rompiendo derechos de autor, pero es que no me pude aguantar, lo siento...

Y aquí les va, les recomiendo que lo lean unas dos veces para entenderlo mejor:

Wanshuleros y... ACCIÓN!!



"CÓMO OCURRIO"


Isaac Asimov



Mi hermano
empezó a dictar en su mejor estilo oratorio, ése que hace que las tribus se queden aleladas ante sus palabras.


— En el principio —dijo—, exactamente hace quince mil doscientos millones de años, hubo una gran explosión, y el universo...


Pero yo había dejado de escribir.


— ¿Hace quince mil doscientos millones de años? —pregunté, incrédulo.


— Exactamente
—dijo—. Estoy inspirado.


— No pongo en duda tu inspiración —aseguré. (Era mejor que no lo hiciera. Él es tres años más joven que yo, pero jamás he intentado poner en duda su inspiración. Nadie más lo hace tampoco, o de otro modo las cosas se ponen feas.)—. Pero, ¿vas a contar la historia de la Creación a lo largo de un periodo de más de quince mil millones de años?


— Tengo que hacerlo. Ése es el tiempo que llevo. Lo tengo todo aquí dentro —dijo, palmeándose la frente—, y procede de la más alta autoridad.


Para entonces yo había dejado el estilo sobre la mesa.


— ¿Sabes cuál es el precio del papiro?— dije.


— ¿Qué?-- Puede que esté inspirado, pero he notado con frecuencia que su inspiración no incluye asuntos tan sórdidos como el precio del papiro.


— Supongamos que describes un millón de años de acontecimientos en cada rollo de papiro. Eso significa que vas a tener que llenar quince mil rollos. Tendrás que hablar mucho para llenarlos, y sabes que empiezas a tartamudear al poco rato. Yo tendré que escribir lo bastante como para llenarlos, y los dedos se me acabarán cayendo.
Además, aunque podamos comprar todo ese papiro, y tú tengas la voz y la fuerza suficientes, ¿quién va a copiarlo? Hemos de tener garantizados un centenar de ejemplares antes de poder publicarlo, y en esas condiciones, ¿cómo vamos a obtener derechos de autor?


Mi hermano pensó durante un rato. Luego dijo:


— ¿Crees que deberíamos acortarlo un poco?


— Mucho —puntualicé--, si esperas llegar al gran público.


— ¿Qué te parecen cien años?


— ¿Qué te parecen seis días?


— No puedes comprimir la Creación en sólo seis días —dijo, horrorizado.


— Ése es todo el papiro de que dispongo —le aseguré—. Bien, ¿qué dices?


— Oh, está bien —concedió, y empezó a dictar de nuevo—. En el principio... — ¿De veras
han de ser solo seis días, Aarón?


— Seis días, Moisés —dije firmemente.



FIN

martes, 26 de mayo de 2009

¡¡¡Quiero ser Libre...!!

Hay muchas cosas que tengo las ganas de contar, pero siento que no se por cual comenzar.

Mientras que descargo música gratis desde http://www.jamendo.com/, (una página donde los artistas independientes suben sus discos, para compartirlos con el resto del mundo y quizás obtener algo de dinero por ellas) no puedo dejar de recordar esos 7 años donde cualquier clase de música que causara emociones era pecaminosa para mi, sobre todo porque no era música de iglesia como a la que yo asistía, porque era música del mundo... ¿a qué iglesia yo iba? a la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile.
No tengo nada contra las personas que se autodenominan pentecostales, antes bien, me identifico con lo que creen ellos y no tengo miedo de decir que aunque yo no haya tenido nunca alguna experiencia como la que se describe o que he observado en mis amigos y familia, no acredito que lo que ellos viven sea parte de alguna alucinación, un enorme deseo de trascendencia materializado en la alucinación, ni nada que sea alucinógeno... Creo que las experiencias pentecostales hoy en día son reales, solamente que al Señor no le ha placido que yo las tenga.

No creo que las personas que van a iglesias pentecostales sean supersticiosas, aunque creo que las hay, y así como creo que en todas las iglesias la superstición existe, por la fuerza de las tradiciones que impregna cada una de nuestras congregaciones. El año pasado no más, me encontré en la oficina de GBU con un chico que va a una Metodista Pentecostal y que está estudiando para ser árbitro de fútbol, una actividad demasiado mundana, según algunas tradiciones de las que antes se me había convencido...

¿A qué quiero ir con todo esto? no se, puede ser que sea para explicar que muchas de las cosas hoy hago, serían juzgadas por el Tuto de ayer con palabras como: "¡pecador!", "¡mundano!", "gracias Señor por librarme de ser como él", "Señor, por favor, sánalo de todos sus males, en el Bendito y Santo nombre de tu hijo amado Jesús, mi Bendito Salvador, amén...".

A pesar de haber conocido el mundo de los evangélicos a los 11 años, lo cual implicaba ir al punto de predicación, ir al ensayo del coro de niños; peregrinar con los hermanos por las calles aledañas a la iglesia para volver después del punto, cantar lo ensayado; ir a la Jotabeche una vez por mes, vestirme formal, a lo Kike Morandé, con mi camisa celeste y mis pantalones beish... Ocupar el domingo entero en la iglesia, viajando desde Maipú a Lo Prado, a la Clase los Juncos... Alzar las manos en el culto, tener formas de adulto aún siendo shico (jijiji...)...

Adquirí muchas formas en mi "introducción al mundo evangélico con énfasis metodista pentecostal", un ramo que creo que aprobé no arrastrando, pero si, tras del cual, me cambié a una universidad secular...
Con mis papás comenzamos a ir a la casa de unos tíos en Melipilla, después de la escuela dominical, por lo que dejamos de ir al culto de la tarde; luego observamos que si queríamos disfrutar mejor con nuestra familia en la casa de la tía Orfelina, podíamos faltar a la iglesia de vez en cuando...
Con mi hermana de 18 y yo de 12, íbamos a la iglesia solitos... Luego asistía yo de vez en cuando a la escuelita dominical... Ya no iba...
Y a pesar de no ir ya, mis formas y apreciaciones del mundo se mantuvieron... El mundo, era un enemigo y todo lo que directa o indirectamente me llevara a él era enemigo para mi, por ende, todo lo que tuviera un origen allí no podía tener nada bueno... Cantar alguna canción de la radio me producía algún sentimiento de culpabilidad... quizás el posible cariño por una chica, por las posibles consecuencias mentales imaginativas, era también algo que debía tratarse con cuidado... El bailar, el tomar de vez en cuando una copita de menta, o un cortito de mango sour, el reirme a carcajadas, el teatro, el ir a alguna fiesta, el no hablar solemnemente cuando de Dios se trataba, la guitarra eléctrica... ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhh! ¡Tantas cosas estaban vetadas para mi! ¡Tantas cosas de las que disfrutaba con culpa, porque sentía que Dios no las aprovaba ya que eran carnales, porque eran del maldito mundo contaminado por la influencia satánica presente en todo! ¡¡Todo era pecado!! ¡¡Cada cosa me contaminaba!! ........ Y eso que no iba a la iglesia...
Me preguntaba ¿por qué había tenido que sentir tantas cosas en esos 6 o 5 años?, ¿por qué Dios me había permitido vivir tantas experiencias horribles?, ¿por qué estuve alejado de la iglesia tanto tiempo?... Con mi tendencia a envanecerme (que canuta esa palabra!) con facilidad por todo logro, por pequeño que fuese, creo que Dios me tuvo tantos años alejado de la iglesia, para poder conocerlo mejor...
¿alejado de la iglesia, para conocer mejor a Dios? De pronto escucho unos chanes! a mis espaldas...

Me encanta la música, porque me divierto, me envuelvo en sentimientos agradables con ella, me puedo reir, puedo buscar crear mis propias emociones a partir de alguna canción, logro observar a mi mundo con los ojos del intérprete, describir mi vida (o un pedacito de ella, a través de una canción, o un pedacito de ella) y por sobre todas las cosas: puedo comenzar a alabar a Dios con ella, puedo demostrarle con sinceridad cómo me siento, puedo incluso, con los dones que él me ha dado, compartir con otros y ayudar a que otros se sientan cómodos cuando estamos cerca, porque es El mismo el que está entre nosotros, no solamente con canciones de canutos, sino con muchas otras canciones hechas por mundanos...
Cristo en la cruz redimió todas las cosas, el redimió mi vida entera y me hizo libre de toda cadena que me pudiese atar, las cadenas que las tradiciones humanas han impuesto en mi no están exentas de este enunciado eterno que se repite por siempre y siempre en donde quiera que esté...
La música como creación no nos aleja de Dios, antes bien, nos da ciertas claves de cómo entender a Dios, como creador; nos permite apreciar en microescala que somos hechos a su imagen y semejanza, que así como El, también nosotros podemos crear y recrear; transformar y hacer de este lugar, un lugar donde El esté, mientras no decida aún crear un mundo nuevo para nosotros...

Dios los bendiga.

Gloria a Dios al cubo!!!!!!!

Y un regalito...

Digan conmigo:
"Hoy decidí rompre cadenas, quiero escapar de mis quimeras..."
"¡¡¡¡¡Quiero ser libre, libre, libre como el viento...!!!!!"

domingo, 10 de mayo de 2009

Soy mi Peor Profesor: Identidad y Perdón

Señor:
En estos momentos cuando me veo obligado a tomar una desición por mi vida, te escojo a tí. Y lo hago no porque sea el más valiente (lo del asesinato hacia mi, por tí, tú sabes el nivel de seriedad que tiene) ya que es realmente fuerte lo que sucede entre nosotros; sabes que no se si sea capaz de soportar tanto... Sabes también que no soy el más fiel de tus pequeñitos y que me identifico más con el desordenado hipócrita de la clase que con el más obediente mateo o el sociable dicharachero...
En estos diítas se ha hecho más patente en mí esto de la identidad. De asumir una manera particular, única e irrepetible, pero al mismo tiempo consensuada con los actores de un contexto, de llevar la vida. En este caso, creo que deberías tú ocupar, de entre todos estos actores, el lugar más importante, en esta obra de arte a la que llamamos vida.

¿Qué significa identidad? Hemos dejado de lado el escencialismo platónico hace rato, para que el dialéctico tome un lugar importante, por lo mismo no expreso mi respuesta en términos de "la identidad es...", sino de "la identidad tiene relación con...". Así que démosle po'... La identidad tiene relación con la manera de cómo conducir la vida, de qué manera un individuo siente pertenencia hacia determinadas acciones, con el consecuente rechazo hacia otras, llegando a sentirlas como propias. De esta manera, el conjunto de acciones potencialmente incorporables a la persona se van internalizando a través de la práctica repetida, repercutiendo en el individuo de manera en cómo se visualiza a sí mismo, pudiendo generar una base para la incorporación de futuras acciones con las que exista algún nivel de afinidad...

Señor. Tú sabes cómo me ves. Yo parece que todavía no me veo como tú lo haces. Porque sino, sabes que tendría una mayor facilidad para incorporar a las acciones que se relacionan con tu obediencia, con tu servicio, con el compartir tu amor.

Tú me ves de una manera que es muy demasiado distinta. Tanto que pareciera que estamos hablando de dos personas diferentes, de algún alcance de nombre o un error en la ficha de la vida. Pareciera que hablamos de dos estudiantes distintos, pero tiendo a dudar de mi observación, como hago siempre que hay alguien más experimentado dándome su opinión sobre el mismo tema. Así que callo ante tí y callo ante nuestro estudiante, ante nuestro Tuto. Y te pregunto en nuestra entrevista al final de la clase, dentro de la sala, solos los tres, ¿qué es lo que podemos hacer por él? ¿hay algún camino a la rehabilitación para él o es nuestro caso perdido? Allí es cuando tú lo abrazas y le dices que lo amas incansablemente, te sientas junto a él y le preguntas cómo es que se siente. Sacas de tu bolso unas galletas Tuareg y un Kapo de manzana (sólo tú sabes cuánto le gustan) y esperas su respuesta. Ves cómo quiere comenzar a dar explicaciones y a justificarse, a hechar mano de argumentaciones que él ve como únicas del por qué hizo lo que hizo. Y de pronto nuestro estudiante, sin haber probado la comida y sin haber dicho ninguna cosa, se pone a llorar... Me acerco con un poco de confort de ese que siempre traigo en el bolsillo y pareciera que su pena se incrementa más... Yo se por qué... Entonces tú lo abrazas y yo como profe no se qué hacer. Porque tu forma de disciplinarlo es demasiado distinta de la que siempre he ocupado con él... Y de la nada nuestro chico saca de su mochila un cuaderno y un lápiz pasta rojo y como no puede hablar comienza a escribir todo lo que le pasa... Su lápiz se mueve incesante sobre la hoja.
No puedo dejar de notar que afuera de la sala está nublado y que se está entrando el frío, pero nuestro pequeño no se inmuta, no le conmueve el vientecillo helado que entra al salón. Su rostro rojo y deformado por la pena (que pareciese la) más amarga de su vida, pierde la atención del papel. Su mano ya soltó el lápiz bic color rojo. Y se recarga en tí.
Al mirarte con el rostro tibio y humedecido, dejando entrever que aunque se jura grande no es más maduro que cualquiera de su edad, y que es más vulnerable que cualquier niño de días, ya no te habla con palabras, porque no hay ninguna ya. Porque a pesar de tener muchas no se atreve a utilizar ninguna... Y no quiere racionalizar ninguna. Desde la puerta me acerco hacia ustedes y no puedo no conmoverme con la escena. Quiero abrazar a este pequeñín, a tu pequeñín, pero no me atrevo. Esta criaturita tuya ya ha sido perdonada por todo lo que hizo y ante mi discípulo me siento indigno... Me haces una seña de que me acerque...

Qué distintos modelos pedagógicos usamos para tratar a nuestro pequeño. Qué diferentes maneras tenemos de visualizar a nuestro enseñado... Es porque lo concebimos de maneras distintas... Es porque la forma en cómo me miro es muy distinta, como con un espejo de esos en los que Pablo de Tarso se miraba en sus días.

Lo que el Tuto te decía sin palabras, mientras lloraba entre tus brazos era:
"Señor. Ayúdame a verme como tú me miras, para no tener que estar bajo mi puro escrutinio y bajo mi "cuidado". Afírma en mi tus maneras, tus formas: La Vida tuya, y no me dejes sólo ante este profe pesado, que pareciera no entenderme, que pareciera desatender las cosas más fundamentales. Líbrame de él y restauralo también, porque te necesita. Pérdónalo Señor, porque no sabe cómo enseñarme y ayúdame a perdonarlo a mí también, para que me trate de una forma diferente desde ahora en adelante..."

Al enterarme de ello no hay palabras.