miércoles, 4 de julio de 2012

El Primer "Experimento Marcos" del Hemisferio Sur: La Preparación (Uno)

Si hay algo que tenía grabado como con fuego en mis neuronas, como se graba en la piel de una vaca con un metal caliente, era el hecho de ser malo memorizando cosas. Y sobre el Experimento Marcos... ¡Tener que memorizar el Evangelio de Marcos completo...!
Cuando el Gustavo (mi asesor del GBU) me dijo después, que no era aprenderse literalmente palabra a palabra el Evangelio, sino el orden de los eventos me tranquilicé; Cuando recordamos juntos en su oración de despedida que tendría que aprenderme todas las palabras de Jesús, me asusté de nuevo.
Igual al acercarme a los textos, la guía del actor que hace de Jesús, tiene muchas ayudas... Aprendí a valorar el aprendizaje memorístico significativo, que por el hecho de ser memorístico había desechado por tanto tiempo en mis concepciones pedagógicas...
Me sentí contento yendo cada semana a la oficina a juntarme con Gustavo y darme cuenta que podía recordar los eventos en orden.
Un día la Abi (Abigaíl Robles) estaba en la oficina y como somos un poco ñoños en algunas cosas, nos pusimos lo tres, con Gustavo, a memorizar las secciones que llevábamos hasta esa semana (parece que era la segunda semana, de las seis). Nos tirábamos un cojín de un sillón de la oficina, y al que le caía, le tocaba decir el evento que venía a continuación.

Las seis secciones de Marcos más la Intro. Según el esquema propuesto por Andrew Page, Están pensadas para aprenderse en 6 semanas, previas a 3 días de ensayos; 10 minutos diarios, disciplinadamente realizados, permiten aprenderse completamente el orden de los eventos del Evangelio en el tiempo estimado.
Poco después, ya a principios de diciembre, me topé con una pelea en la micro a la vuelta del trabajo, eran como las 10 de la noche; unos adolescentes golpearon desde el paradero, en la calle, con una botella de vidrio, a un hombre como de unos 30 años que iba dentro. Se aprovecharon cuando él se asomó para insultarlos por la ventana. Resultado: Él sangraba un poco por la frente y la mano. La micro partió y las personas estabamos algo atónitas. El tipo no se sentó, sino que se quedó de pié, junto a mi asiento; le presté confort (papel higiénico) y le escuché murmurar un "gracias" y un "están picáos los giles ?&%#"!, porque les maté al hermano". Me c... asusté de miedo... Me recobré y le pregunté si estaba bien. Me comenzó a hablar de otras cosas. Al final cometí el horrible error de... hablar... Sin querer lo juzgué, sin querer le hice ver que él estaba mal, y que yo estaba bien, que desde mi lado las cosas se veían mejor, que era yo una persona de bien, supuestamente de bien... Le dije, en lo que para mí fué un detalle al pasar, pero que a él le hizo cambiar completamente su expresión, dejando en evidencia ante mi que estaba bajo los efectos de... algo...
-... igual yo estaría enojado si me hubieran matado un familiar... - ¡Tonto tuto! ¡Toooonto...!
-Y quién soy vó- Aquí cambió su cara...
Me dijo algunas cosas. Me preguntó que de dónde era. Su gratitud al inicio se torno en furia contenida. Comentó que me veía tranquilo, pero que yo le quería hacer algo (ojo, con personas a nuestro alrededor, pero de modo aparente nadie tomaba atención). Cuando me vió en actitud de bajar, me dijo que se iba a bajar conmigo (Glup!). Sentí mucho miedo por una infinidad de razones que, como un torbellino, acecharon mi cabeza, y se tornaron en miedo, mucho miedo... Lamenté demasiado que debido a una feria que se coloca por navidad, el paradero no estaba habilitado y la micro se detuvo media cuadra más allá... Allá, donde estaba oscuro... Oraba mil oraciones por minuto, rogándole a Dios que me protegiera, que no me pasara nada, que el tipo no me hiciera nada con la punta de un cuchillo que llevaba consigo y que había mencionado minutos atrás...

Abajo el tipo me amenzó. Me dijo que qué le quería hacer. Su rabía contenida estaba al tope, como una tetera que está a punto de hervir (ojo. En realidad lo que queremos decir en leguaje coloquial, es que el agua está hirviendo... Pero eso no viene al caso), el tipo estaba muy molesto y levantó su puño diciéndome que me iba a sacar más que la cresta... Le dije en voz poco firme, pero alta, que no quería hacerle nada, que sólo quería ayudarlo porque estaba sangrando y... bueno, no se si le dije alguna otra cosa... El asunto es que el tipo me tiró unos garabatos con rabia, me dijo que me ocupara de mis cosas, que me fuera a mi casa con mi familia... Le dije que se cuidara...
-¡Soy terrible vío, conch"&·/$!...!- Dijo mientras se alejaba.
Yo caminaba con miedo en dirección a mi casa, mirando de vez en cuando por si alguien venía detrás...
Daba gracias a Dios... Muchas gracias...

Las semanas siguientes no me sentí muy bien... Tuve problemas de tiempo para ver a la Dani, lo cual me trajo caras largas con ella. Como escala a Uruguay, para llegar al Conosur, viajamos a Buenos Aires con la Dani y la Alejandra y fué, Buenos Aires, un transitar con la cara larga... Estaba inestable emocionalmente, tuve algunos problemas familiares por las circunstancias del viaje que me dieron mucha tensión y deseos de alejarme de mis tierras...
Escuchaba la voz de mi mamá dos noches antes de partir, diciéndome que mi viaje era una m...! algo malo.
En el Conosur no pude aprenderme todo lo que tenía...
En el avión de vuelta traté de estudiar un poco, pero fué imposible, no pude, estaba muerto de sueño por haber trasnochado conversando con Franco, hijo mayor de los Illanes, que vivían en Maipú, Buenos Aires ¡Al fin conocí a la familia de Loida...!

Llegando a Santiago, era ya la semana 6 y tenía que viajar al Sur, a Temuco, a los tres días de retiro/ensayo, donde nos capacitarían en la obra, nos hablarían profundamente de cómo realizarla y el domingo de esa semana, sería nuestra primera presentación (no al final del Campamento Nacional 10 días después del primer día de ensayo, como yo había pensado...).
-¿Tres días de ensayo? ¿Será verdad?- Pensaba, mientras la Abi me despertaba a las 5.30 de la madrugada y me arrastraba hasta la cocina de Río Quino, para que le recitara las palabras de Jesús mientras me daba café, porque en unas horas más, teníamos que ensayar.

En esa oportunidad nunca me aprendí el orden de los eventos de las secciones 4 a la 6. Fué vergonzoso al final de la segunda tanda de ensayos, no poder terminar de contar las parábolas de la sección 2 con dignidad... dubitativo, inseguro completamente...

En medio de los ensayos, aprendiéndome las partes... Si. La del lado es Jessica Grant
Eso pasó en los ensayos. Pero al principio, cuando llegamos a Río Quino y estuvo el 90 por ciento del elenco, en la noche de bienvenida, la Ruth Gardner (asesora del movimiento en Temuco) oró por lo que le pedí: Que al volver a la realidad de mi cotidianidad, yo no me fuera igual...

Y bueno... Dios me ha tenido paciencia, casi 5 meses después de este Experimento...

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